Casi sin imaginármelo, retomé mi blog al que simplemente he convenido llamar "Entra a mi mundo"...
Hubiera querido ponerle otro nombre, pero creo que al final de cuentas no es casual...Y claro!, es en éste espacio donde puedo ir agregando algunas crónicas que hice u otras que voy redactando de acuerdo a mis propios instintos.
Espero con la ayuda de esta ventana, seguir haciendo lo que tanto me gusta...cronicar...a la vida, a los hechos que marcaron historia, a las personas que destacan o destacaron por un suceso interesante, a la vida misma...porque creo que la crónica es el género periodístico que más se ajusta a ello.
Gracias por visitar éste rincón de blogósfera... Sé que esto es recién el comienzo. Aún están lejanos los días cuando, en mis primeros días en la Universidad de San Marcos, encargada por un gran maestro del periodismo como Don Manuel Jesús Orbegozo, hice mi primera crónica (la que mereció los comentarios de mis compañeros y su publicación en el periódico mural de la Facultad de Comunicación Social)
El personaje que sin querer elegí, fue un desprotegido ser que tiritaba de frío, en una húmeda y oscura mañana de invierno...entre aguas hediondas y basurales yacía el cuerpecito aparentemente inerte de "Negrito", un pequeño y chusco perrito que levantó sus ojitos como pidiéndome ayuda...Recuerdo que cruzamos nuestras miradas y sólo atiné a cargarlo, aún cuando estaba moribundo y pestilente.
Ello no me importó, y como pude pedí ayuda...hice que me alcanzaran una cesta para cobijarlo en ella...y luego viajé con él hasta la casa de mis padres...Cuando llegué -como es natural- mamá me resondró, pero al ver nuestras miradas tristes y vacías, no hizo mas que consentir que se quedara...
Y así fue que me fui a trabajar a la radio, llamando a ratos para saber cómo seguía mi "Negrito"...Ya de regreso a casa, parece que se alegró al escuchar mi voz y sentir mi presencia, pues a tientas movió lo que parecía ser su colita...Y esa noche lo acompañé en su sueño y en su despertar agonizante...Cuando lo noté calientito me fuí a mi cuarto a descansar...
Y al día siguiente, cuando me levanté, lo primero que hice fue ir a su encuentro...pero "Negrito" no se movía...quise creer que tenía mucho frío...pero no, "Negrito", ya había partido a la eternidad...
Lloré mucho su partida, hasta ahora me duele recordarlo...Hasta ahora me duele creer que en éste mundo la vida valga tan poco...Pero luego unas palabras de mi hermana Marilú me devolvieron la calma: "Negrito murió, sabiendo que fue importante para alguien, en este caso para tí..."
Donde quiera que estés, "Negrito", vivirás siempre en mis recuerdos y en mi corazón!!!
Espero con la ayuda de esta ventana, seguir haciendo lo que tanto me gusta...cronicar...a la vida, a los hechos que marcaron historia, a las personas que destacan o destacaron por un suceso interesante, a la vida misma...porque creo que la crónica es el género periodístico que más se ajusta a ello.
Gracias por visitar éste rincón de blogósfera... Sé que esto es recién el comienzo. Aún están lejanos los días cuando, en mis primeros días en la Universidad de San Marcos, encargada por un gran maestro del periodismo como Don Manuel Jesús Orbegozo, hice mi primera crónica (la que mereció los comentarios de mis compañeros y su publicación en el periódico mural de la Facultad de Comunicación Social)
El personaje que sin querer elegí, fue un desprotegido ser que tiritaba de frío, en una húmeda y oscura mañana de invierno...entre aguas hediondas y basurales yacía el cuerpecito aparentemente inerte de "Negrito", un pequeño y chusco perrito que levantó sus ojitos como pidiéndome ayuda...Recuerdo que cruzamos nuestras miradas y sólo atiné a cargarlo, aún cuando estaba moribundo y pestilente.
Ello no me importó, y como pude pedí ayuda...hice que me alcanzaran una cesta para cobijarlo en ella...y luego viajé con él hasta la casa de mis padres...Cuando llegué -como es natural- mamá me resondró, pero al ver nuestras miradas tristes y vacías, no hizo mas que consentir que se quedara...
Y así fue que me fui a trabajar a la radio, llamando a ratos para saber cómo seguía mi "Negrito"...Ya de regreso a casa, parece que se alegró al escuchar mi voz y sentir mi presencia, pues a tientas movió lo que parecía ser su colita...Y esa noche lo acompañé en su sueño y en su despertar agonizante...Cuando lo noté calientito me fuí a mi cuarto a descansar...
Y al día siguiente, cuando me levanté, lo primero que hice fue ir a su encuentro...pero "Negrito" no se movía...quise creer que tenía mucho frío...pero no, "Negrito", ya había partido a la eternidad...
Lloré mucho su partida, hasta ahora me duele recordarlo...Hasta ahora me duele creer que en éste mundo la vida valga tan poco...Pero luego unas palabras de mi hermana Marilú me devolvieron la calma: "Negrito murió, sabiendo que fue importante para alguien, en este caso para tí..."
Donde quiera que estés, "Negrito", vivirás siempre en mis recuerdos y en mi corazón!!!
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