El hombre de rojo…

Su andar era raudo, como si temiese perder el tiempo… aunque quizás eso era lo que menos le importara…A veces cabizbajo, decaído, pensativo…otras despierto, diligente, extrovertido…
¿Su paisaje?...el amplio mar y los autos coronando sus riberas…

¿Sus sueños?...quizás muchos, quizás pocos…tal vez apenas bastara con que tarde a tarde y noche a noche, fueran más los que por su cubículo con canciones de antaño asomaran…

Desapercibido para algunos, sabía camuflarse en su traje rojo…sentado en sus problemas y en la soledad del momento…aun cansado, sabía distinguir a los llamados de las luces de los autos que ordenaban un pedido…

Solo así, el hombre de rojo despertaba de su letargo…era entonces cuando podía demostrar ser el mejor de los barman, aunque solo él se lo creyera…

Quizás en un intento por no querer emular al sol y su calor, el hombre de rojo colgó el traje y lo cambió por uno de color blanco…quizás no muchos se percataron si era el mismo que vestía del color de la pasión…es que quizás para más de uno, el hombre de rojo pasó inadvertido…pero sí, era el mismo, el mismo hombre de color cetrino, tosca figura y cómplice mirada…

Seguro sigue sentado, cabeceándole a la soledad, a la indiferencia, a los que por allí no aparecen, a los que le dijeron ya vuelvo y no vuelven…

Felicidad...

Felicidad, frase larga y de corta llegada...

Felicidad, muchos los llamados, pocos los elegidos...

Felicidad, espacio, grito, gemido, dolor y calma...

Felicidad, instante fugaz, partida sin igual...

Felicidad, sueños, pesadillas, fantasías...

Felicidad, cumbre, cima, declive, caída...

Felicidad, luz y sombra, vida y muerte...

La Milenaria y eficaz reflexología podal

Existen muchas formas de prevenir, curar y controlar las enfermedades de manera efectiva. Una de ellas es a través de la reflexología podal, método alternativo que por sus óptimos resultados, goza de las preferencias de aquellos que optan por la medicina natural.

¿Sabía usted que en la planta de los pies están “reflejados” todos los órganos del cuerpo como el corazón, los riñones, los pulmones, entre otros y que mediante la estimulación de determinados puntos se puede detectar si existe o falta desequilibrio energético?.

En efecto, según el terapeuta Carlos Pun Chong, quien desde hace quince años se dedica a práctica de la reflexología así como a la relajación, la hipertermia y la quiropraxia, los meridianos de acupuntura son conductos (canales o nerviecillos)en los cuales los acupunturistas colocan las agujas para aliviar dolencias.

“Por dichos meridianos fluye el “Chi” o energía. La reflexología está basada en que todos los órganos del cuerpo se “reflejan” en los pies, estando enlazados en tales meridianos”.
Agregó que al realizar el tratamiento, el terapeuta notará qué órgano tiene algún tipo de bloqueo, interrupción u obstáculo de energía y que al no ser atendido a tiempo, hará que a futuro, dicho órgano se quebrante en salud, si es que no lo está. “Es a eso a lo que se llama ‘desequilibrio energético’", anotó.

Como todo en la vida, explica Pun Chong, el paciente debe también cambiar algunos malos hábitos, sean alimenticios o tóxicos y ciertas actitudes, para lograr un mayor bienestar. Por ejemplo debe de ejercitar su cuerpo en lugares positivamente energéticos como los parques o cerca al mar.

Según lo pudimos comprobar, en apenas unos minutos, Pun Chong y su aliada reflexología podal, pueden determinar qué órganos no están recibiendo una adecuada energía.

El estrés: ¿El mal del milenio?

Antiguamente se creía que el estrés sólo atacaba a los altos ejecutivos, banqueros, dueños de empresas, entre otros. Sin embargo ahora todos por igual, desde los niños pasando por los jóvenes, adultos y hasta las mascotas lo sufren.

De acuerdo al diccionario, el estrés es la situación de agotamiento físico general de un individuo, producida por un estado nervioso. Pero ¿qué factores contribuyen a caer en ese estado?. Muchos. Por ejemplo, los problemas económicos, las contrariedades de tipo familiar como las separaciones, los divorcios o las peleas; las noticias negativas que noche tras noche transmiten los noticieros por la televisión. Si a esto le sumamos los ruidos ensordecedores ocasionados por los vehículos, las fábricas, etcétera, a la larga ocasionarán en nuestro organismo un desequilibrio energético y por consiguiente la enfermedad.

Según el experto, quien atiende a diario en el Centro Médico Naturista Luis Enrique Pun Chong, la reflexología cumple un papel muy importante para desterrar el estrés, pues al efectuar la terapia, no solo contribuye a restablecer nuestra energía sino que hace posible que el estrés pierda fortaleza y por ende esa jaqueca, hipertensión, fatiga ansiedad y depresión se controlen más fácilmente con visibles mejoras de salud.

No obstante, Carlos Pun, es consciente de que en algunos casos no se producirá el resultado deseado con la reflexología, por lo que será momento para acudir a un especialista.
Cabe señalar que una de las huellas del estrés son las subluxaciones o desencajamiento leve de huesos de la columna vertebral. Lo que inocentemente muchos llaman un pequeño dolor de espalda, puede convertirse en un gran malestar, ya que al haber una subluxación, las vértebras “morderán” los nerviecillos provenientes de los órganos que llegan hasta el cerebro enviando mensajes. Si se logra “encajar” esa subluxación, muchas dolencias terminarán.

Cabe señalar que los masajes que practica en este caso Carlos Pun, están encaminados a poner fin a esas contracturas musculares y a mejorar la circulación sanguínea y por ende a proporcionarnos una sensación de relax y bienestar. (R.T.F)

Acaso...

Apenas mediría 90 centímetros, tenía la mirada triste, los pelos de la cara blancos y ralos, la piel cetrina por el sol y las esperanzas casi muertas...Ayer lo ví y no pude contenerme...Fueron instantes en que me pregunté si acaso merecíamos seguir llamándonos seres humanos, dejando a un personaje como aquel, arrastrando su humanidad por las calles.

No pude sustraerme...lo ví, lo escudé, lo ayudé...sí, lo escudé de los autos que apenas si podían mirarlo, al pasar asustado y casi raudo...pero lo hice sólo por muy corto tiempo, porque lastimosamente debía seguir con mi vida y él con la suya...lo miré y lloré sin que me viera...lloré por dentro, lloré por fuera...tuve rabia, impotencia...¿porqué arrastarse así...porqué no, aunque sea una destartalada silla de ruedas?...

No supe de su nombre pero sí de su sed...¿Quiere tomar una gaseosa?, le pregunté...sus ojos, su mirada, aun los tengo grabados en mi mente...éstos me dijeron que sí mientras su boca y sus labios se agitaban de sed...¿de dónde viene?, ¿qué hace solo por acá?, le inquirí...me dijo que venía de La Molina y que vivía solo...no pregunté más...

Toqué su rostro, fijé nuevamente mis ojos en él y le pedí que se cuidara...que me entendiera no poder hacer casi nada por él, salvo darle a cambio un billete que se le acabaría pronto...me volvió a mirar, me tomó fuerte de la mano y hasta me echó bendiciones...¡como si él las tuviera todas consigo!...no pude más...me dí la vuelta, pues un amargo llanto vanamente contenido por varios minutos de pronto estalló sin parar... qué miseria sentí por el mundo al que pertenesco ...Me dolía la imagen vista y más la indiferencia...

Como quiera que se llamé, aquel buen hombre tenía amputada una pierna, mientras que la otra llevaba doblada, acaso mimetizándola en su desgracia...ambas rodillas estaban atadas a un burdo jebe negro...y llevaba dos palos de escoba como bastón...y así, dando brincos, se desplazaba toscamente por las calles...dando tumbos, como su vida misma...brincándole al hambre, al frío, al calor, a lo bueno y a lo malo de este mundo...

¿Dónde estará ahora?, ¿cómo y quien le estará ayudando a cruzar las pistas?, ¿qué estará esperando que ocurra?...¿Acaso estará soñando que, a cambio de la lástima que pudiera despertar en algunas personas, pueda encontrar sosiego para su hambre y para su sed?...¡quien sabe!...¿Acaso seguirá arrastrándose al compás de la indiferencia de la gente?...¿Acaso seguirá esperando por unas monedas? ¿Acaso seguirá echando bendiciones?...¿Acaso...?