2.04.2007

Acaso...


Apenas mediría 90 centímetros, tenía la mirada triste, los pelos de la cara blancos y ralos, la piel cetrina por el sol y las esperanzas casi muertas...Ayer lo ví y no pude contenerme...Fueron instantes en que me pregunté si acaso merecíamos seguir llamándonos seres humanos, dejando a un personaje como aquel, arrastrando su humanidad por las calles.

No pude sustraerme...lo ví, lo escudé, lo ayudé...sí, lo escudé de los autos que apenas si podían mirarlo, al pasar asustado y casi raudo...pero lo hice sólo por muy corto tiempo, porque lastimosamente debía seguir con mi vida y él con la suya...lo miré y lloré sin que me viera...lloré por dentro, lloré por fuera...tuve rabia, impotencia...¿porqué arrastarse así...porqué no, aunque sea una destartalada silla de ruedas?...

No supe de su nombre pero sí de su sed...¿Quiere tomar una gaseosa?, le pregunté...sus ojos, su mirada, aun los tengo grabados en mi mente...éstos me dijeron que sí mientras su boca y sus labios se agitaban de sed...¿de dónde viene?, ¿qué hace solo por acá?, le inquirí...me dijo que venía de La Molina y que vivía solo...no pregunté más...

Toqué su rostro, fijé nuevamente mis ojos en él y le pedí que se cuidara...que me entendiera no poder hacer casi nada por él, salvo darle a cambio un billete que se le acabaría pronto...me volvió a mirar, me tomó fuerte de la mano y hasta me echó bendiciones...¡como si él las tuviera todas consigo!...no pude más...me dí la vuelta, pues un amargo llanto vanamente contenido por varios minutos de pronto estalló sin parar... qué miseria sentí por el mundo al que pertenesco ...Me dolía la imagen vista y más la indiferencia...

Como quiera que se llamé, aquel buen hombre tenía amputada una pierna, mientras que la otra llevaba doblada, acaso mimetizándola en su desgracia...ambas rodillas estaban atadas a un burdo jebe negro...y llevaba dos palos de escoba como bastón...y así, dando brincos, se desplazaba toscamente por las calles...dando tumbos, como su vida misma...brincándole al hambre, al frío, al calor, a lo bueno y a lo malo de este mundo...

¿Dónde estará ahora?, ¿cómo y quien le estará ayudando a cruzar las pistas?, ¿qué estará esperando que ocurra?...¿Acaso estará soñando que, a cambio de la lástima que pudiera despertar en algunas personas, pueda encontrar sosiego para su hambre y para su sed?...¡quien sabe!...¿Acaso seguirá arrastrándose al compás de la indiferencia de la gente?...¿Acaso seguirá esperando por unas monedas? ¿Acaso seguirá echando bendiciones?...¿Acaso...?

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